¿Te sucede que después del recreo
tus chicos llegan como cotufas saltarinas?
A continuación una idea de
visualización que te pueden ayudar a calmarles y focalizar su atención:
Apaga
la luz de tu salón y en voz muy bajita invítalos a sentarse en sus lugares
(mesitas, pupitres, cojines, depende de tu aula) deja que tu voz sea muy suave
pero a la vez firme, sugerente de calma, (recuerda que tu voz es un valioso
recurso para capturar su atención y motivación) permíteles con tu voz que
deseen hacer silencio para poder escuchar que dices. Invítales a respirar muy
hondo y botar el aire suavemente por la nariz. Seguidamente, invítales a cerrar los ojos y a tratar de imaginar la
historia que les vas a relatar: qué les parece si comenzamos por imaginar que
con cada respiración nuestro tamaño es cada vez más pequeño, tomo aire y al
botarlo me voy desinflando y volviendo cada vez más y más pequeñito, hasta
llegar a ser un gusanito ágil pequeñito que percibe el olor una dulce y
deliciosa fruta, el olor de una GUAYABA
¿cómo
es el olor de la guayaba? Mmmmm. Que rico,
y se dirige lentamente a ella, poco a
poco va empujado la cáscara y se va metiendo dentro, es muy suavecita por eso
es posible pasar, esa cáscara es de un color distinto al color que encuentras
dentro, ¿qué color es puedes ver? ¿Cómo es el color de dentro? Es necesario
dejar un espacito de tiempo entre cada pregunta para permitir que la
imaginación de los niños se despliegue y vaya creando sus propias imágenes.
Podrías continuar diciéndoles: ese gusanito le gusta explorar y cuando pensaba
que todo era igual por dentro de suavecito pummm, no es así, choca con algo
furo, trata de ver y sentir que es y mira algo color blanquecino, de forma un
poco redondeada, que será? Siii es una
pepita un poco más grande que el gusanito es muy dura, no puede comerla, pero
si la fruta, como es la guayaba… ¿de qué color? ¿Cómo es su sabor? ¿Cómo es la
textura en la boca del gusanito? Recuerda dejar espacios para que la
experiencia de visualización y contacto con sus sentidos se haga realidad.
Ahora puedes extender la historia
como desees, encontrando nuevas cualidades dentro de la fruta, olores, sabores,
colores, hasta sonidos. Tal vez haciendo contacto dentro de la guayabita con
algún amigo y emprendiendo juntos la aventura de salir de allí. Procura que la historia no sea demasiado larga
y debemos inventar un final simpático, del tipo el gusanito ya satisfecho
decidió salir de la Guayabita para ir a
su casita muy contento y tranquilo, de manera que una vez fuera y también después
de cada respiración, ese pequeño gusanito va creciendo y cambiando, transformándose
en alguien muy especial, único, satisfecho por el paseo que acaba de realizar y
lleno de energía para seguir en su clase
Una vez culminada la historia,
puedes pedir a tus chicos que abran sus ojitos colocando una sonrisa en su cara. Si tienes tiempo,
puedes pedirles a algunos que comenten la experiencia.
Practicar visualizaciones en el
aula de preescolar tiene múltiples ventajas